Abogado de profesión, se incorporó a las SS en 1933. Fue nombrado comisario del distrito residencial judío de Varsovia, el futuro territorio cercado convertido en gueto desde finales de octubre de 1940. Se ocupa de gestionar y administrar dicho territorio y de asegurar determinadas producciones de material y armamento para el ejército alemán a través de las fábricas de producción judías en territorio polaco y varsoviano.
Hombre sin educación, moral ni escrúpulos, no hace otra cosa que disfrutar de la humillación de cada uno de los judíos de Varsovia, incluido el mismísimo presidente del Consejo Judío (Adam Cherniakov). Cada ordenanza que le transmite a éste va acompañada de comentarios sarcásticos y palabras y gestos de gran ironía y desprecio. Para él, la vida de los judíos no vale nada en absoluto.
Su verdadero fin es ir haciendo méritos para escalar puestos en la jerarquía de las SS y de la Gestapo. Está dispuesto a cualquier cosa con tal de conseguir sus propósitos.